Nuestro patrocinado Guardia Civil con un intachable historial, a la vuelta de una baja por accidente, se encontró con que su Alférez Comandante de Puesto le había relegado del puesto de trabajo que venía ocupando en el Área de Investigación del Puesto Principal y le había asignado al Área de Atención al Ciudadano, lo que, como resulta comprensible, le causó un gran malestar y motivo la necesidad de aquel de comenzar a recibir tratamiento psiquiátrico.

En ese contexto, se produjo una discusión entre el agente y el Alférez, relacionada con la confección de una documentación que el primero consideraba absurda y el segundo le venía ordenando. Dicha discusión terminó con la comunicación al Guardia Civil, por parte del alférez, de que iba a dar cuenta disciplinaria de el mismo.

De vuelta en el cuarto de puertas, el agente comenzó a manifestar a los compañeros allí presentes su incredulidad ante la posibilidad de que después de 20 años de servicio, fuera a ser sancionado, comenzando a manifestar un gran nerviosismo y a referir que iba a volver a hablar con el Alférez. Sus compañeros, al verle muy alterado y ante la posibilidad de que el tema pudiera ir a mayores optaron por agarrar al Guardia Civil, cuando este se dirigía hacia el exterior del Cuarto de Puertas, iniciándose una sucesión de actos confusos y un forcejeo, entre el agente y sus compañeros.

Finalmente, el guardia Civil fue imputado por el Juzgado Togado Militar de Almería por la presunta comisión de dos militares. En relación con el forcejeo producido, la fiscalía venía acusando a nuestro patrocinado de haber extraído su arma, haberla montado y haber gritado que iba a matar al Alférez, ante lo cual sus compañeros habrían tenido que reducirle y arrebatarle el arma. Así mismo, se le venía acusando de haber gritado al Alférez, en presencia de este, hijo puta, te mato, dejadme que lo mato, mientras sus compañeros le sujetaban. Con motivo de dichos hechos el ministerio Público elevó acusación contra el Guardia Civil, al que consideraba autor de dos delitos militares, en relación con los cuales se le solicitaban 7 meses y un día de prisión militar. La situación del Guardia Civil no podía resultar mas desesperada.

Asumida la defensa del acusado para el acto de la vista oral por Antonio Suárez-Valdés, abogado especialista en derecho penal militar, este defendió en la misma que los hechos que se venían imputando al Guardia Civil eran una exageración orquestada por el Alférez Comandante de Puesto y por su conductor para ocultar la detestable actuación del oficial en el caso. En efecto, finalmente nuestro director jurídico pudo acreditar en el acto del juicio que, si bien es cierto que nuestro patrocinado sufrió un ataque de ansiedad en el que manifestó, en medio de un gran nerviosismo, su intención de ir a hablar con su Alférez y que sus compañeros, al verle muy nervioso se lo impidieron, existiendo un forcejeo con estos, en el que sele arrebató su arma por uno de ellos, no es menos cierto que el Guardia Civil no insultó en ningún momento al oficial, quien por el contrario, pese a la alteración que padecía el Guardia y en una actuación mas propia de un portero de discoteca camorrista, que de un alférez de la Guardia civil, se encaró con aquel y le dijo, “no tengo miedo a la chusma de la calle, tampoco a ti”, llegando a animal al agente a pegarle, si tenía cojones.

Finalmente, el Tribunal Militar Territorial Segundo ha evacuado, en fechas recientes, sentencia absolutoria en relación con el Guardia Civil, al considerar que no puede considerase probado que el agente cogiese su arma con intención de acometer con ella al oficial, ni que insultase al mismo en su presencia, pese a la insistencia del Alférez en el acto del juicio en este sentido.

Gabinete Jurídico Suárez-Valdés, ha iniciado ahora el estudio de la causa, por si la conducta del oficial pudiera ser constitutiva de algún tipo de delito penal militar o infracción disciplinaria.

Dto. de Comunicación de Gabinete Jurídico Suárez-Valdés.